Música visual: Breve historia del género

Banda sonora ornamental de Boris Yankovski (1931).

Música visual: Banda sonora ornamental de Boris Yankovski (1931).

«Música visual» es un término referido a cualquier tipo de estructura musical traducida a imagen en movimiento, incluyendo películas sonoras o mudas y otros tipos de piezas audiovisuales, como instalaciones artísticas o videoclips. También se refiere a los diversos dispositivos y técnicas utilizados para representar el sonido, o la música, visualmente.

¿Cuál es el origen de la etiqueta «música visual»?

Música visual: Composición VIII de Wassily Kandinsky.

«Composición VIII» (1923) de Wassily Kandinsky.

La etiqueta «música visual» fue acuñada por el crítico de arte Roger Fry en 1912 para referirse a la pintura de Wassily Kandinsky, quien sufría de sinestesia, un fenómeno neurofisiológico que consiste en experimentar sensaciones procedentes de un sentido a partir de estímulos de otro. Existen muchos tipos distintos de sinestesia, en el caso de Kandinsky, los colores desencadenaban sonidos o notas musicales concretas, y viceversa.

No obstante, la música visual es muy anterior al siglo XIX. Ya en la época de las linternas mágicas eran habituales los espectáculos precinematográficos con música, tanto con imágenes figurativas como abstractas. Por otro lado, estaban los órganos de color, pensados en algunos casos para acompañar la música con visuales y en otros para «tocar» colores como si se tratase de notas.

Aunque las primeras descripciones de este tipo de instrumentos datan del siglo XVI, son más conocidas y están más documentadas las encarnaciones de principios del siglo XX, como el Sarabet de Mary Hallock-Greenewalt y el Clavilux de Thomas Wilfred.

La música visual en el cine experimental

En los años 20, el término «música visual» empezó a aplicarse también a cierto tipo de películas experimentales basadas en estructuras musicales, como las animaciones abstractas de Oskar Fischinger, Walter Ruttmann, Viking Eggeling y Hans Richter. Algunos de estos filmes son mudos, lo que significa que la música visual no tiene por qué incluir un aspecto sonoro, lo fundamental es que las imágenes respondan a algún tipo de estructura o ritmo musical.

A finales de los años 20, Fischinger y otros cineastas y compositores de vanguardia e ingenieros, como Arseny Avraamov o Evgeny Sholpo, comenzaron a hacer experimentos de música visual que consistían en dibujar el sonido. En la mayoría de casos, la técnica consistía en dibujar patrones geométricos sobre película cinematográfica para luego leerlos con algún tipo de célula fotoeléctrica.

Esta técnica, llamada a veces «sonido óptico» o «sonido gráfico», se aplicó tanto a la sonorización de películas como a la construcción de instrumentos musicales fotoeléctricos, de los cuales los más famosos fueron el Variófono (desarrollado por Evgeny Sholpo en 1930), el sintetizador ANS (creado por Evgeny Murzin entre 1937 y 1957) y el Oramics (diseñado por Daphne Oram en 1957).




En los años 70, hubo varios cineastas experimentales que crearon películas de música visual utilizando estos métodos, la intención era que lo que se veía y lo que se escuchaba fuesen exactamente lo mismo, generando al espectador una especie de sinestesia. Algunos de los ejemplos más interesantes de esta época son Synchromy (1971) de Norman McLaren, Dresden Dynamo (1971) de Lis Rhodes y Railings (1977) de Guy Sherwin.

Esta técnica llegó a perfeccionarse hasta tal punto que cineastas como McLaren eran capaces de construir verdaderas sinfonías a partir de figuras geométricas. Aunque hoy en día es poco habitual trabajar con película cinematográfica, sigue habiendo artistas que utilizan este tipo de métodos, como Scott Fitzpatrick, Richard Tuohy o Mariska de Groot. Algunos de ellos los usan para hacer películas en 16mm, otros para instalaciones y actuaciones en directo.

Músical visual y psicodelia

Allures» (1961) de Jordan Belson

Paralelamente a todos estos cineastas experimentales, en los años 60 surgía otro tipo de música visual vinculado a la psicodelia hippie, con espectáculos visuales para conciertos de grupos de rock o espacios con grandes pantallas, como los planetarios. En la mayoría de casos, los visuales eran psicodélicos e hipnóticos, buscando el paralelismo con las visiones de LSD o los mandalas budistas. Son los inicios de los conciertos con vídeo y láseres.

Algunos cineastas de esta época, como Jordan Belson y James Whitney, crearon películas influenciadas por ese tipo de estética que funcionan casi como mantras, a medio camino entre lo experimental y el new ageWhitney fue además uno de los pioneros de la animación por ordenador, otro de los terrenos en los que la música visual sigue siendo un género fundamental.

El vídeo musical como música visual

Otro subgénero primordial de la música visual son los llamados vídeos musicales, o videoclips. Los videoclips no son más que películas cortas hechas para canciones, normalmente con propósitos promocionales, por lo que podrían verse más como publicidad que expresión artística. Aunque se suele hablar de ellos como hijos de la televisión y la era MTV, lo cierto es que su historia es bastante más antigua.

Los primeros vídeos musicales, llamados soundies, se produjeron en los años 40 para unas máquinas similares a una jukebox que funcionaban con monedas y estaban pensadas para restaurantes, bares y otros lugares públicos. Más tarde, se reutilizaron para rellenar espacio entre programas de televisión.

Los soundies eran similares a los videoclips actuales más típicos, con los cantantes haciendo playback ante decorados indescriptibles, rodeados de coristas ligeras de ropa bailando coreografías extravagantes. Eso sí, no tuvieron mucho éxito, pero la llegada de la MTV en 1981 aprovechando el auge de los nuevos románticos con su imagen glamourosa y excéntrica se encargó de hacer justicia.

La música visual en la era digital

Aunque en los años 60 ya se realizaban piezas de música visual con medios digitales, estos eran escasos, aparatosos y caros, por lo que la verdadera explosión de este género en el ámbito digital no tuvo lugar hasta muchos años más tarde.

Parte de la música visual actual está muy vinculada al ámbito de la música electrónica y los VJs, pero hay otros muchos sectores audiovisuales y artísticos, desde el live cinema y la música experimental hasta el videoarte, la instalación, el mapping y la iluminación de discotecas, que deben mucho a los pioneros del género.

Músicos cuyo trabajo es muy visual, como Alva Noto y Ryoji Ikeda, a pesar de utilizar un tipo de sonido y visuales que a menudo se consideran únicos de la era digital, beben directamente de conceptos y estéticas de precursores de la música visual como Fischinger o McLaren. Los juegos de luces estroboscópicas y las pantallas de los clubs de baile son una mera reinterpretación de lo establecido por la psicodelia hippie, y espectáculos en directo como el live cinema o el video mapping existen desde principios del siglo XX, o incluso antes.

Música visual: La luz enriquece las decoraciones de los salones de baile.

Ilustración del texto «La armonía del color introduce un nuevo modo de expresión» (1930).

Si os interesa hacer un poco de arqueología sobre estos temas, os recomiendo para empezar un par de textos sobre cómo crear decoraciones variables para salones de baile (1930) y espectáculos de música cromática (1912).

El caso es que la revolución digital no ha creado ningún género nuevo, lo único que ha hecho es facilitar las cosas, tanto a nivel de producción como de distribución. Si queréis saber más sobre la historia de la música visual, podéis empezar por el Visual Music Archive. Otros recursos interesantes son la web del Center for Visual Music y el archivo de la exposición See this Sound.