Soundies




Los soundies eran unas películas musicales que se produjeron en diversas ciudades estadounidenses entre 1940 y 1947. Se trataba de filmes cortos que contenían exclusivamente canciones, bailes u actuaciones de orquestas. Se veían en una máquina que funcionaba con monedas, una especie de jukebox cinematográfica presente en discotecas, bares, restaurantes y otros lugares públicos. Algunos soundies se reutilizaron más tarde como relleno entre programas de televisión.

El soundie es un precursor directo del vídeo musical. Las películas, de unos tres minutos de duración, se montaban en rollos con actuaciones variadas que se proyectaban en bucle. Como la intención era llegar al público más amplio posible, la gama de géneros musicales era de lo más variopinta, desde country a swing, jazz, gospel, folclore o incluso ópera. En algunos casos, incluían planos de mujeres en bañador u otro tipo de secuencias ligeramente eróticas para atraer a los marineros de permiso, lo que llevó a que un senador amenazase con investigar a las productoras y distribuidoras responsables, por considerar que se trataba de películas lascivas que no deberían mostrarse en ningún cine decente.

A pesar de que algunos políticos conservadores intentaron convertir los soundies en carne de sex shop, no se trataba de películas de bajo presupuesto con intérpretes de segunda fila, fueron una plataforma de lanzamiento para bailarines, actores, músicos y cantantes de la talla de Cyd Charisse, Doris Day, Ricardo Montalbán o Louis Armstrong. Curiosamente, durante los pocos años que estuvieron de moda, fueron además uno de los pocos medios en los que los artistas de color tenían libertad para producir sus propios filmes.

Los primeros soundies se rodaron en 1940, pero no se empezaron a distribuir hasta el año siguiente, cuando se consiguió perfeccionar la máquina de proyección, llamada Panoram. Una Panoram costaba unos 600 dólares (casi 12.000 dólares hoy en día) y, a pesar de su alto precio, en solo tres años ya había más de 10.000 distribuidas por todo EE. UU. Aunque en ese corto espacio de tiempo se produjeron y distribuyeron más de 1.800 soundies, en 1946 el número de Panoram había bajado a solo 2.000, supuestamente debido a las restricciones inevitables de los tiempos de guerra.

Los soundies se rodaban en 35mm y se distribuían en 16mm para poder proyectarlos en las Panoram, que como se puede apreciar en el siguiente vídeo tenían un diseño a medio camino entre una jukebox de los años 40 y un televisor. Era un aparato complejo, con un sistema de retroproyección construido con espejos y una pantalla de 45 x 50 cm. Como cada rollo contenía ocho soundies que eran proyectados en bucle, no podías elegir cuál querías ver. Para mantener al público interesado, cambiaban los rollos cada semana.

Debido a las limitaciones tecnológicas de la época, todos los intérpretes hacían playback, en algunos casos con muy poca gracia. No obstante, quizá lo más curioso es que los soundies no se alejan demasiado de los parámetros con los que juegan la mayoría de videoclips comerciales actuales: tramas absurdas, coristas ligeras de ropa, decorados indescriptibles y coreografías disparatadas con gente disfrazada de caballo, o una bandeja llena de platos en la cabeza, o hombres vestidos de mujer… Seguro que algún ejecutivo de la MTV ha sacado ideas de esto.